Monday, July 24, 2006

Sublimatio por ROBERTO LOBOS





DICEN QUE DICEN

Dicen que la verdad asoma desde las manos
como un pergamino de mandamientos inapelables.

Hablan de gitanos, de trascendencia,
me recuerdan la estridencia de algunos versos,
las profecías de sus anagramas
y la carnadura de sus letras turbando mi piel

Dicen de un tamiz de luces y sombras grises,
del crepitar de pasiones fugaces acariciándome
y de algún que otro derrotero incierto.

Dicen lo que dicen las líneas de mis manos.
Digo que mienten como calendarios del azar.
Todas burlas, pretextos a mi pobre destino.





Cuando me contaban historias sobre el silencio
yo imaginaba el sosiego de un verde jardín
y el otoño deshojando los fresnos.
Eran ecos y palabras de voces legendarias,
aromas de la tierra mojada
y el misterio de cualquier soledad.
Las recuerdo, debo confesar,
como algo extrañamente parecido a la felicidad.




CUERVOS

Vuelan sus rondas consumiendo la espera.
A veces antes,
a veces después
están siempre sobre mí.

Cuervos.

Como sombras que levitan grácilmente,
ángeles negros pronunciando aquel nunca más
o espantajos devorándome.
Yo los reconozco:
soy carne y carroña de su carne y su carroña,
soy sangre de su sangre escapando hacia ningún lugar.

Cuervos.

La diatriba de los verdugos.
Más cerca o más lejos del inevitable final
son los que vendrán por mí.




Pensaba...,
en los que no tienen nada.
en los que se han perdido,
en las oscuridades de ciertas noches,
en la pendiente de calle Urquiza,
pensaba...,
en los que se han ido,
en los que se esconden lejos.
Pensaba en todo eso.
Pensaba en mí.





POSIBLEMENTE

Posiblemente las cosas sean como las imagino.
El desencanto
gris,
el vuelo
cercano,
tus ojos
cerrados.
Posiblemente lleguen días extraños,
se agoten tragos y nebulosas,
no haya trampas
y el vértigo deje de pertenecerme.
Posiblemente no me reconozca.
Podré pensar que nunca sucedió,
resignarme ante el silencio
o escribirlo una vez más.





Después de mí.
Después de los restos.
Después.
Alguien enlazará mis manos,
recordará algunas medianoches
y volverá el silencio.
El silencio.
Lo único que importa.





CAMINOS

Probablemente no existan caminos
para llegar donde imagino,
donde quisiera me aguardaran,
si fuera posible, unos pocos
y tres módicos deseos abrigo:
que haya fresnos como en otoño,
viento,
y un mar agitándose.

Entonces reposaré.

Se esfumará el tiempo,
no habrá sueños,
ni gritos,
ni lágrimas.
Tendré paz,
solamente mucha paz.





Fuera de mí.
Desde el otro lado lloro por mí.
Sé que estaré,
que habrá otros paisajes,
que me encontraré frente a un cerco
y que tal vez nadie
nadie
soltará mis cenizas.
Después habrá polvo, lirios y un jardín.
Sólo eso.
Y el silencio.





MUNDO RARO

Navegas sin sentido.
Acaso traicionando lo vertido
abrirá sus grietas la paranoia silenciosa
y las rajas tronarán gravemente.
Ningún oráculo, ninguna ceniza
adivinará en este mundo raro
desde dónde caen lágrimas y espantos.
Los presiento claros,
los veo lánguidos…
por allá, lejanos y perdidos,
asoman tus ojos bizarros.
Como estiletes que sueltan claves
entre lirios pincelados
y dolor escondido.
Donde llora el mundo raro.
Sus lágrimas,
sus cenizas,
su espanto.

Gracias Marqui
por la idea y por la ayuda





Supongo que no existo,
que no me ven,
que mis manos no escriben.
Que todo sigue...





POSTALES DEL FRÍO

Los sonidos del viento,
las miserias desnudas,
entre humo y cicatrices
vacila un tentempié;
sostén de ilusiones,
espejo de ruinas
y nadie,
nadie que lo escriba.
Postales del frío,
trazos oscuros,
colores abúlicos
y escondites.
De la lluvia.
Del amasijo.
Entre llamaradas
arden el fuego
y los de siempre:
la ira,
el designio,
los desesperados.
Postales del frío.
Y otra vez nadie,
nadie que las escriba.




Alguien,
que alguna vez pasó por mí,
se ha olvidado de mí.
No me resigno
pero extraño aquellos silencios
y la mirada de unos ojos
mirándome a los ojos.
Como si hubiera habido razones,
como si no alcanzaran las distancias
alguien,
que alguna vez pasó por mí,
se ha olvidado de mí.





VISIONES

Vi lágrimas en tus ojos de pantano,
silencio en la oscuridad de tu mirada
y pensé en los soles del amanecer
como amuletos de pasiones encendidas.
Vi galopar extraños jinetes,
abismos desafiando las excusas,
y el naufragio de las horas y el tiempo.

He visto más de lo que mis ojos se han atrevido a ver.
Parece que, al fin,
unos cuantos presagios acertarán sobre mí.




Presiento una soledad grande,
médanos ondulantes
y sombras atravesando la arena.
No me alcanza pretender la luna,
caminar sobre el fuego.
No me alcanza suponerte.


a Marta,
aunque ya nada alcance...




EL VIENTO Y EL PINAR

Era el viento silbando su verbena
en el centro de un gran pinar.
Vi a los cedros doblarse en pena
y a los cipreses su orgullo quebrar;
creí distinguir furia en la escena,
en las hojas muertas volar
y por senderos de arena
imaginé al diablo caminar.
No importaron mis años en decena,
entregado a un raro vislumbrar
detuve al tiempo en la hondonada
y me estremecí cerrando los ojos.
Fue todo y fue nada,
pero aún recuerdo el estrépito del lugar
y al miedo como un simple despojo,
como la pureza de aquel estar.




Te oí llorar,
imaginé tus ojos,
y me sacudí.
Llorar siempre es demasiado:
es como gritar en silencio,
entregarse a decir todo.
Condenarse a decir nada.





HAY

Hay momentos exquisitos
donde parece razonable
robarle palabras al silencio,
donde no suponga demasiado
mirar aguas crudas en desmadre
pero el torrente que las lleva
impone viejas fotos de uno mismo
como si fuéramos sombra de otro
y el otoño presagiara un ocaso,
el invierno por venir.





Prefiero la oscuridad
como resaca de hábitos salvajes.
La luz
como alaridos agrietando mis ojos.
La luz y la oscuridad.
Péndulos.
Nunca sé dónde estoy.





ESPERO

Espero.
Algo.
Incierto.
Que sea bálsamo,
contraste,
olvido,
algunas caras,
algunas formas,
que desafíe al tiempo,
al destino,
a los sentidos.
Pero no hay nada.
No habrá nada.
Seguiré esperando.
Algo.
Incierto.
Que deseo.
Que no existe.





Desde el aire,
desde el agua….
Todo parece desaparecer
en el crepitar del tirano tiempo
y no es cierto el sello del fuego,
o sí es cierto
pero a quién le importa.
Somos el aire,
somos el agua…
Todo parece demasiado
como palabras del mensaje final
y no es cierto que somos el fuego,
o sí es cierto
pero a quién le importa.
Aire,
agua…
Todo parece mezclarse
en la corriente del estúpido viento
y no es cierto el fuego,
o sí es cierto
pero a quién le importa.

1 comment:

Borrego said...

Nunca había escuchado hablar del agua cruda, pero tiene lógica, gracias por el pedacito de información.